Entrevista de Caroline Neal, directora de la pelicula "Salgan & Salgan" (en castellano)
(1) ¿Cuándo y cómo empezó el proyecto de hacer una película sobre Horacio Salgán?
- A pesar de ser famoso, Horacio Salgán es un hombre muy privado que nunca había dado mucho acceso a la prensa. Tal vez no hubiera aceptado de entrada la idea de un documental sobre él y su hijo, pero Ignacio Varchausky y Carlos Villalba de TangoVia Buenos Aires le propusieron un proyecto, un “Año Salgán” en 2008, con muchas actividades incluyendo la re-formación de su orquesta típica con su hijo César en el piano, con conciertos en Buenos Aires y en un festival en Roma, la grabación de un disco para la colección “Raras Partituras” de la Biblioteca Nacional, y la publicación de un libro, con la Biblioteca Nacional, de los arreglos orquestales de Salgán en su propio puño y letra. Un proyecto hermoso. Me invitaron a filmar un registro documental del proyecto. Sabíamos que Horacio y César tenían una relación marcada por largas etapas sin contacto. La primera noche que nos juntamos con los Salgán era claro que la situación daba para un largometraje: eran dos caballeros con un trato muy amable y formal, casi distante, pero existía en sus miradas una historia mucho mas compleja por descubrir.
(2) ¿Por qué elijiste usted ese tema?
- Cuando conocí a Horacio y César, vi en su historia unos temas universales entre los padres y los hijos. Las expectativas y los miedos, el abandono y la reconciliación, el anhelo y el enojo, la distancia y la conexión. Mi propio padre, que había muerto un año antes, fue médico y aunque me hubiera gustado ser médica, no elegí la medicina, en parte por el miedo de no cumplir con sus expectativas. Admiré a César por su coraje de tocar el instrumento y la música de su padre, uno de los genios del tango, una leyenda viva de la música argentina. Quería entender cómo y porqué se animaba a seguir en los pasos del maestro Horacio Salgán, aunque le costaba bastante hacerlo.

(3) ¿Qué es el secreto de su larga vida del maestro según tu vista?
- Anoche hablamos con César sobre esta misma pregunta. Dije que para mí es su pasión, su compromiso con su trabajo que lo despierta en la noche y que le llena sus días. Horacio todavía trabaja aun con sus 100 años. Pero César agregó algo más: Horacio es siempre de buen humor. Siempre tiene un chiste listo y no guarda rencores. Como ven en la película, es conocido no solamente por la música, pero por los chistes también. Vive feliz.
(4) ¿Cuál es la escena que te gusta más en la película?
- Que pregunta difícil. Puede ser la escena con el pianito redondo, porque recuerdo la energía el día que filmamos: era la primera vez que padre e hijo iban a tocar juntos…y en un piano que no suena! Cuando empezaron a tararear, algo que los dos hacen cuando tocan siempre, no podía creer la belleza y la poesía del momento. También me gusta mucho la escena de Horacio merendando y César cocinando, por su cotidianidad. Es una escena larga, a propósito, que ofrece una experiencia del silencio y la separación que existía entre Horacio y César en ese momento, aunque estaban compartiendo un departamento pequeño. Cuando veo esa escena, siento mucho gratitud por la generosidad de Horacio y César en dejarme filmarles en su intimidad.
(5) ¿El piano redondo que apareció en la película y el afiche se hizo especialmente para esta película?
- El piano redondo es una obra del artista argentino Julio Fierro que se llama “Flor de Piano”. Julio es un amigo y cuando vi el piano me encantó y decidimos usarlo para el poster. El fotógrafo Carlos Furman sacó la foto. Un piano circular es una gran metáfora para este historia de padre e hijo; es el piano al final que les ayudó reencontrarse.
(6) ¿Hay más plan de hacer otra película suya?
- Tengo unas cosas cocinando “A Fuego Lento”. Otra película de tango más vinculada al baile, un documental sobre los Sufis en Argentina, y una comedia romántica para filmar en la Argentina y la India.
(7) Mensaje para el público japonés, por favor.
- Estoy muy agradecida que “Salgán & Salgán” se estrenó en el Sakura Tango Festival en Fukuoka este año y ojalá se pueda seguir su recorrido por Japón. Es una película hecha con mucho cuidado y mucho amor. La mayoría filmé con una cámara en mano, pero hay un par de escenas en las cuales usé un trípode en el departamento de César, donde la acción pasa dentro de un plano amplio y fijo. Seguramente esas escenas tienen la influencia de la poesía cinematográfica del gran Yasujiro Ozu, especialmente por los planos fijos de Tokyo Story. ¡Que don tenía Ozu por expresar la complejidad de las emociones humanas con gestos simples! Mi pequeño documental ni se acerca a la maestría de Ozu, pero ofrece una visita íntima con dos personas entrañables además de ser dos maestros del tango. Aunque la Argentina y Japón son países separados por tanto distancia, grandes maestros como los Salgán y como Ozu nos ayudan con su arte encontrar las tantas cosas que tenemos en común.
(8) Hay algún cambio en tu trabajo después de la película “Si sos brujo” hasta “Salgán & Salgán” como directora de la película.
- Mi escena favorita en “Si sos brujo” es la escena cuando Emilio toca el bandoneón en su cocina y su hija canta, con su mujer Lidia, Ignacio Varchausky y el perro como público. Es una escena muy personal e íntima. Cuando arranqué con “Salgán & Salgán”, mi deseo era que fuera “todo cocina”. Con Alberto Muñoz el co-guionista, priorizamos la línea narrativa sobre los elementos didácticos. “Salgán & Salgán” todavía utiliza la entrevista como un elemento narrativo. Tal vez en la próxima, dejo esa herramienta. Pero tal vez, no. La entrevista no es solamente una manera de compartir información. Es también una manera de mostrar como la persona entrevistada forma su propia historia y su manera de presentarse al mundo. Siempre revelamos más que la información hablada en la entrevista, y esa meta-información me interesa.

- A pesar de ser famoso, Horacio Salgán es un hombre muy privado que nunca había dado mucho acceso a la prensa. Tal vez no hubiera aceptado de entrada la idea de un documental sobre él y su hijo, pero Ignacio Varchausky y Carlos Villalba de TangoVia Buenos Aires le propusieron un proyecto, un “Año Salgán” en 2008, con muchas actividades incluyendo la re-formación de su orquesta típica con su hijo César en el piano, con conciertos en Buenos Aires y en un festival en Roma, la grabación de un disco para la colección “Raras Partituras” de la Biblioteca Nacional, y la publicación de un libro, con la Biblioteca Nacional, de los arreglos orquestales de Salgán en su propio puño y letra. Un proyecto hermoso. Me invitaron a filmar un registro documental del proyecto. Sabíamos que Horacio y César tenían una relación marcada por largas etapas sin contacto. La primera noche que nos juntamos con los Salgán era claro que la situación daba para un largometraje: eran dos caballeros con un trato muy amable y formal, casi distante, pero existía en sus miradas una historia mucho mas compleja por descubrir.
(2) ¿Por qué elijiste usted ese tema?
- Cuando conocí a Horacio y César, vi en su historia unos temas universales entre los padres y los hijos. Las expectativas y los miedos, el abandono y la reconciliación, el anhelo y el enojo, la distancia y la conexión. Mi propio padre, que había muerto un año antes, fue médico y aunque me hubiera gustado ser médica, no elegí la medicina, en parte por el miedo de no cumplir con sus expectativas. Admiré a César por su coraje de tocar el instrumento y la música de su padre, uno de los genios del tango, una leyenda viva de la música argentina. Quería entender cómo y porqué se animaba a seguir en los pasos del maestro Horacio Salgán, aunque le costaba bastante hacerlo.

(3) ¿Qué es el secreto de su larga vida del maestro según tu vista?
- Anoche hablamos con César sobre esta misma pregunta. Dije que para mí es su pasión, su compromiso con su trabajo que lo despierta en la noche y que le llena sus días. Horacio todavía trabaja aun con sus 100 años. Pero César agregó algo más: Horacio es siempre de buen humor. Siempre tiene un chiste listo y no guarda rencores. Como ven en la película, es conocido no solamente por la música, pero por los chistes también. Vive feliz.
(4) ¿Cuál es la escena que te gusta más en la película?
- Que pregunta difícil. Puede ser la escena con el pianito redondo, porque recuerdo la energía el día que filmamos: era la primera vez que padre e hijo iban a tocar juntos…y en un piano que no suena! Cuando empezaron a tararear, algo que los dos hacen cuando tocan siempre, no podía creer la belleza y la poesía del momento. También me gusta mucho la escena de Horacio merendando y César cocinando, por su cotidianidad. Es una escena larga, a propósito, que ofrece una experiencia del silencio y la separación que existía entre Horacio y César en ese momento, aunque estaban compartiendo un departamento pequeño. Cuando veo esa escena, siento mucho gratitud por la generosidad de Horacio y César en dejarme filmarles en su intimidad.
(5) ¿El piano redondo que apareció en la película y el afiche se hizo especialmente para esta película?
- El piano redondo es una obra del artista argentino Julio Fierro que se llama “Flor de Piano”. Julio es un amigo y cuando vi el piano me encantó y decidimos usarlo para el poster. El fotógrafo Carlos Furman sacó la foto. Un piano circular es una gran metáfora para este historia de padre e hijo; es el piano al final que les ayudó reencontrarse.
(6) ¿Hay más plan de hacer otra película suya?
- Tengo unas cosas cocinando “A Fuego Lento”. Otra película de tango más vinculada al baile, un documental sobre los Sufis en Argentina, y una comedia romántica para filmar en la Argentina y la India.
(7) Mensaje para el público japonés, por favor.
- Estoy muy agradecida que “Salgán & Salgán” se estrenó en el Sakura Tango Festival en Fukuoka este año y ojalá se pueda seguir su recorrido por Japón. Es una película hecha con mucho cuidado y mucho amor. La mayoría filmé con una cámara en mano, pero hay un par de escenas en las cuales usé un trípode en el departamento de César, donde la acción pasa dentro de un plano amplio y fijo. Seguramente esas escenas tienen la influencia de la poesía cinematográfica del gran Yasujiro Ozu, especialmente por los planos fijos de Tokyo Story. ¡Que don tenía Ozu por expresar la complejidad de las emociones humanas con gestos simples! Mi pequeño documental ni se acerca a la maestría de Ozu, pero ofrece una visita íntima con dos personas entrañables además de ser dos maestros del tango. Aunque la Argentina y Japón son países separados por tanto distancia, grandes maestros como los Salgán y como Ozu nos ayudan con su arte encontrar las tantas cosas que tenemos en común.
(8) Hay algún cambio en tu trabajo después de la película “Si sos brujo” hasta “Salgán & Salgán” como directora de la película.
- Mi escena favorita en “Si sos brujo” es la escena cuando Emilio toca el bandoneón en su cocina y su hija canta, con su mujer Lidia, Ignacio Varchausky y el perro como público. Es una escena muy personal e íntima. Cuando arranqué con “Salgán & Salgán”, mi deseo era que fuera “todo cocina”. Con Alberto Muñoz el co-guionista, priorizamos la línea narrativa sobre los elementos didácticos. “Salgán & Salgán” todavía utiliza la entrevista como un elemento narrativo. Tal vez en la próxima, dejo esa herramienta. Pero tal vez, no. La entrevista no es solamente una manera de compartir información. Es también una manera de mostrar como la persona entrevistada forma su propia historia y su manera de presentarse al mundo. Siempre revelamos más que la información hablada en la entrevista, y esa meta-información me interesa.

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